Los cambios de temperatura y el frío que estamos viviendo estos días pueden hacer que nuestra piel se resienta.
Os quiero hablar de un producto que he estado usando este invierno, y que aún sigo usando estos días tan cambiantes. (¡¿Es que no va a venir la primavera nunca?!)
Se trata de Roséliane de Uriage. Es una crema que actúa de barrera, y nos protege de agresiones externas. También es usada en el tratamiento de problemas dermatológicos como la rosácea, o para pieles sensibles.
Con una textura no grasa, nos aporta una agradable sensación de frescor tras su aplicación, y deja la piel libre de grasa, hidratada y protegida. Ésto se debe, en parte, al Agua Termal de Uriage que contiene y al Cerasterol 2F, que refuerza la barrera cutánea de forma prolongada.
También presenta extracto de algas rojas y ginseng, que sirven para reforzar la pared de los capilares sanguíneos. Por eso resulta eficaz para tratar las rojeces, porque ejercen un efecto vasoconstrictor que hace que presentemos «menos venitas» y por tanto el rostro menos enrojecido. Ésto último también está disminuido gracias a la presencia de un complejo que baja la inflamación y presenta efecto calmante.
Con el frío, como decíamos, la piel tiende a reaccionar y se enrojece. Uriage Roséliane es ideal para disminuir ese aspecto de «Heidi». Además su cómodo formato en tubo es genial para llevarlo en el bolso y reponerla cuando nos haga falta.
Hasta aquí el post de hoy, ¡feliz día!